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Cuidado de Cactus y Suculentas en Interiores: Guía Completa

¿Por qué tener cactus y suculentas dentro de casa?

Los cactus y las suculentas son plantas ideales para decorar interiores gracias a su resistencia y bajo mantenimiento. Además, aportan frescura, estilo y un toque natural a cualquier espacio. No necesitan grandes cuidados y su capacidad de adaptación las hace perfectas incluso para quienes no tienen experiencia con plantas. Además, existen muchísimas especies con formas, colores y texturas diferentes, lo que las convierte en una opción decorativa muy versátil.

Luz y ubicación: factor clave para su salud

Estas plantas aman la luz. Colócalas cerca de ventanas con buena iluminación natural, pero evita el sol directo durante muchas horas, ya que podría quemar sus hojas. Lo ideal es situarlas en orientaciones este u oeste, donde reciban luz brillante pero indirecta. Si notas que tu cactus o suculenta se alarga hacia la luz (etiolación), probablemente necesite una mejor exposición lumínica.

Riego: menos es más

El exceso de agua es uno de los errores más comunes. Riega solo cuando la tierra esté completamente seca, aproximadamente cada 10-15 días, aunque esto puede variar según la estación del año y la temperatura de tu hogar. Durante el invierno, la mayoría entra en reposo y apenas necesitan riego. Siempre es mejor quedarse corto que pasarse. Usa macetas con agujeros de drenaje y evita que el agua quede estancada en el fondo.

Temperatura y humedad

Los cactus y suculentas prefieren temperaturas cálidas y ambientes secos. La mayoría se sienten cómodos entre los 18ºC y los 25ºC. Pueden tolerar temperaturas más bajas si están en reposo y la tierra está seca. Evita colocarlas cerca de fuentes de calor directo como radiadores o estufas, y mantenlas lejos de ambientes húmedos como baños sin ventilación, ya que el exceso de humedad puede favorecer la aparición de hongos.

Tierra y abono

Utiliza un sustrato especial para cactus y suculentas, con buen drenaje y contenido mineral (como arena, perlita o grava volcánica). Puedes encontrar mezclas preparadas en viveros o hacerla tú mismo. El abonado es importante durante el crecimiento activo (primavera y verano): aplica un fertilizante líquido específico cada 4 a 6 semanas. En otoño e invierno es mejor suspenderlo, ya que las plantas están en reposo.

Macetas adecuadas

Elige macetas de barro o cerámica por su transpirabilidad. Evita macetas de plástico si el ambiente es húcto. Asegúrate de que tengan agujero de drenaje y adapta el tamaño a la planta: una maceta demasiado grande acumulará humedad y puede provocar pudrición de raíces.

Plagas comunes y cómo prevenirlas

Aunque son resistentes, estas plantas también pueden sufrir plagas como la cochinilla algodonosa, los ácaros o los hongos. Revisa periódicamente hojas y tallos, y actúa rápido si ves manchas, telarañas o insectos. Un insecticida ecológico o una mezcla casera de agua con jabón potásico puede ser suficiente si se detecta a tiempo.

Recomendaciones finales

Observar tus plantas es clave. Si notas que se estiran o cambian de color, podría ser una señal de falta de luz o exceso de agua. Recuerda que cada planta es distinta y desarrollar el hábito de observar su evolución te ayudará a identificar qué necesita en cada momento. Disfruta del proceso y del contacto con la naturaleza en tu propio hogar.

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